Nos reunimos con directivos de distintos frigoríficos exportadores de la provincia y con dirigentes de las entidades ganaderas.El diagnóstico es coincidente: las decisiones de Alberto Fernández de cerrar la exportación no sólo es absurda sino que pone a varias empresas al borde de una crisis, y a muchísimos puestos de trabajo en peligro.
No hubo aviso ni consulta previa. Si hubiera intención de dialogar, el gobierno se habría encontrado con que el sector, tienen mejores soluciones para bajar los precios. Había y aún hay formas de acordar cortes más económicos sin destrozar la cadena productiva.Para quienes conocen el sector, esta medida carece de todo sentido. Ahora los productores enfrentan desafíos drásticos. Rafaela Alimentos anunció públicamente el cierre temporario de su planta por 30 días. Son 650 los trabajadores que están a la espera de que el presidente Fernández dé marcha atrás.
Si el Gobierno no recapacita, pronto empezarían con la reducción de turnos y la suspensión de puestos. Y si la medida perdura hasta junio, la situación se tornará complicada para todos los frigoríficos exportadores de la provincia de Santa Fe.
Son frigoríficos que han direccionado su actividad exportadora fundamentalmente al mercado chino, al que no le exportan las vacas que consumimos los argentinos. Son vacas de conserva o rechazo, que en nuestro país sólo podrían servir para embutidos.
El Ejecutivo Nacional parece no entender de carne, de producción, de precios ni de exportaciones. Esta decisión no busca proteger “la mesa de los argentinos”. Es una receta vieja que ya ha fracasado. Acompañamos al Gobernador para que persista en su reclamo ante el gobierno nacional y pedimos que promueva incentivos a la producción ganadera para que sean muchos más los que produzcan y exporten